Rev. Ariel Irrazábal
Port Chaplain - The Mission to Seafarers
Clérigo Asociado a la Catedral Anglicana San Juan Bautista
Somos seres para el encuentro. Sí, de distintas maneras y formas nuestra vida se define en su propia identidad por su relación con los otros. A modo de ejemplo, en un libro ya de hace algunos años Paul Ricoeur, uno de los filósofos más importantes de estos últimos años, sostiene que nuestra identidad personal se construye, justamente, desde la relación. El título de la obra tiene un nombre provocador "Sí mismo como otro". Si somos seres para el encuentro y somos seres en relación, ¿cómo podemos continuar construyendo nuestra vida, nuestra historia, nuestra identidad personal desde casa? Nuestra relación puede tener tres vertientes: la relación con la naturaleza, la relación con otras personas y la relación con aquello que nos trasciende. Aquello que nos trasciende algunos lo llamamos Dios y desde el cristianismo reconocemos que Dios se muestra, nos cuenta su identidad y propuesta a la humanidad, en la persona de Jesús de Nazareth.
Estar “en casa”, nos invita a una ética del cuidado con los otros, ello está muy claro. Pero, esta ética del cuidado también nos puede desafiar a mirar nuestra interioridad con nuevos ojos. La pausa normativa mediante el DNU del Poder Ejecutivo puede ser transformada en una pausa creativa y creadora. El ritmo religioso, en su propia dinámica, es más lento. Convoca a la interioridad, al análisis y a la reflexión.
Ahora bien, en este momento te propongo que te encuentres contigo mismo, con tus fragilidades y fortalezas. La pausa como instrumento pedagógico, ya no sólo del cuidado y prevención del COVID-19, sino como mecanismo de encuentro con lo que sos puede ser una gran oportunidad para ser y vivir mejor, para integrar la relación con lo trascendente, en el caso de los discípulos y discípulas de Jesús para dejar que Él nos hable a la consciencia. Ser mejores es una forma de decir, que el encuentro con nosotros mismos hace posible que toquemos y asumamos nuestra humanidad de manera más consciente y comprometida con su cuidado y con el cuidado de aquellos que tenemos cerca.
Cultivar la pausa, cultivar la espiritualidad, cultivar la interioridad es un muy buen instrumento para desarrollar la salud integral y el cuidado de cada uno.